Este sarcófago etrusco, que representa una pareja recostada en la tapa, data de entre el 550 y el 525 a.C. y fue excavado en Caere (actual Cerveteri), Italia. Al menos, eso es lo que se afirmó en su día, antes de que se revelara que era una falsificación.
Según el Museo Británico, donde se conserva el sarcófago, algunos detalles clave lo delataban, como la "ropa interior del siglo XIX" que llevaba la figura femenina. Otros detalles son la postura de la pareja y la desnudez de la figura masculina, señaladas como decididamente no etruscas, y la inscripción, que se descubrió como "copiada de un broche de oro del Louvre".
Posiblemente, algunos de estos detalles están indicados por las etiquetas numeradas que aparecen en esta antigua fotografía del sarcófago, que forma parte de una serie que muestra falsificaciones descubiertas en museos. La intrigante colección se incorporó al Archivo del ICCROM en la década de 1970 y constituye uno de nuestros materiales fotográficos más antiguos.
Aunque los datos son limitados, la conexión de la foto con el Museo Británico sugiere que probablemente llegó a nosotros a través de Harold J. Plenderleith, que se jubiló de esa institución en 1959 para convertirse en el primer Director General del ICCROM. De hecho, como conservador y arqueólogo, es posible que él mismo la tomara, mientras realizaba análisis del sarcófago para aportar pruebas científicas de su falsificación.
Plenderleith tenía experiencia en la materia, ya que formaba parte de un grupo internacional de expertos, entre los que se encontraba Paul Coremans, fundador de KIK-IRPA. Este grupo de expertos se ocupó de evaluar la autenticidad de ocho cuadros de Vermeer y de Hoogs y determinar si eran realmente obra del tristemente famoso falsificador de arte holandés Van der Meegeren.
La foto del sarcófago falso incluye, además, una combinación de números romanos y árabes escritos a mano en el reverso, que probablemente sean números de tablas o figuras y que pueden significar que las imágenes se utilizaron en una de las muchas publicaciones de Plenderleith.
Nuestra serie fotográfica de falsificaciones no se limita a las de las colecciones públicas: Coremans proporcionó también imágenes de piezas dudosas de colecciones privadas de Bruselas. ¡Todo ello demuestra que incluso los objetos más preciados no son siempre lo que parecen!