Este artículo ha sido escrito por Imam Khan Rajabi, participante del curso de Conservación del Patrimonio Construido del ICCROM en Afganistán.Durante los dos últimos meses, hemos acogido en nuestra sede de Roma a los participantes de la séptima edición del curso Conservación del Patrimonio Construido. Los participantes de este año, provenientes de dieciocho países, representan a un amplio abanico de profesionales de la conservación y de responsables de la toma de decisiones en las disciplinas de la conservación, la ingeniería, el mundo académico y los museos. Además, todos ellos trabajan en instituciones nacionales, organizaciones internacionales, el mundo académico y la práctica profesional. El curso les servirá para situar los aspectos técnicos en un contexto más amplio de la conservación, vinculándolos a cuestiones relativas a la planificación y gestión.
Me llamo Imam Khan Rajabi y soy un arqueólogo afgano. A lo largo de los últimos los últimos diez años he estado trabajando en la excavación, prospección y conservación de tinajas junto a equipos e instituciones nacionales e internacionales de Afganistán. Hace poco me gradué en mi segundo máster en Geografía, Gestión Espacial y Patrimonio para la Cooperación Internacional, por la Universidad de Florencia.
Mi objetivo, desde hace mucho tiempo, es emplear la arqueología para arrojar luz sobre la historia de Afganistán. Mi país alberga un rico patrimonio prehistórico, antiguo e histórico que está bajo amenaza de destrucción. Son muchos los factores que contribuyen a ello, como la falta de protección, el abandono, las excavaciones ilegales, el desarrollo urbano y agrícola y el cambio climático.
Estas zonas necesitan expertos en conservación que las protejan y, es por ello por lo que participo en este programa internacional de formación sobre Conservación del Patrimonio Construido, para ayudar a mis colegas del sector.
El curso CBH (Conservation of Built Heritage) me ha proporcionado información valiosa en muchas áreas temáticas. Por ejemplo, he aprendido sobre legislación, convenciones y documentos del sector del patrimonio material e inmaterial, evaluaciones de impacto, peligros y vulnerabilidades, y documentación de amenazas estructurales. Todas estas materias, junto a muchas otras, resultan esenciales para reconocer los diversos factores que amenazan los sitios antiguos, para documentar estas amenazas y para abogar por una nueva legislación que proteja el patrimonio cultural afgano.