El ICCROM y la Fundación Sueca Postcode se complacen en anunciar el lanzamiento de la publicación, A Story of Change – Success Stories and Lessons Learnt from the Culture Cannot Wait: Heritage for Peace and Resilience Project (Una historia de cambio - Historias de éxito y lecciones aprendidas del proyecto La cultura no puede esperar: Patrimonio para la paz y la resiliencia), que ya está disponible para su descarga gratuita.
Ligada intrínsecamente a la identidad de las personas, cuando éstas se enfrentan a una catástrofe, la cultura ha dado prueba de su capacidad para aumentar la resiliencia de una comunidad y contribuir directamente a su recuperación sostenible. Los 16 participantes, que fueron asesorados a través de la iniciativa del ICCROM para la creación de capacidades en cascada, La cultura no puede esperar: el patrimonio para la paz y la resiliencia, primera en su género, han abierto nuevos caminos y desarrollado proyectos específicos para cada contexto en 14 países proclives al riesgo, instrumentalizando el patrimonio para la reducción del riesgo de desastres a través de un enfoque centrado en las personas.
A Story of Change - Success Stories and Lessons Learnt from the Culture Cannot Wait: Heritage for Peace and Resilience Project reúne pruebas de cómo estos participantes han sido capaces de efectuar cambios en sus países de origen. Con antecedentes muy diferentes, a través de sus instituciones y comunidades, los participantes han desarrollado proyectos que han contribuido al avance de la reducción eficiente del riesgo de desastres y a dar respuesta a las emergencias para proteger el patrimonio cultural en su contexto local. Con la participación de un total de 70 organizaciones de diferentes sectores y la formación de más de 345 profesionales, estos proyectos sobre el terreno se llevaron a cabo en un periodo de nueve meses. Abarcaron desde el fortalecimiento de capacidades para la reducción del riesgo de catástrofes hasta la promoción de la gestión del riesgo de desastres basada en la comunidad y el rescate de culturas en peligro devastadas por conflictos violentos, así como la elaboración de directrices, manuales, vídeos documentales y herramientas digitales para preservar el patrimonio cultural en tiempos de crisis, haciendo honor al lema: la cultura no puede esperar.
Con el objetivo de mejorar la gestión del riesgo de desastres, el ICCROM, a través de su programa insignia sobre Primeros Auxilios y Resiliencia para el Patrimonio Cultural en Tiempos de Crisis (FAR), en colaboración con la Fundación Sueca Postcode, desarrolló el proyecto La cultura no puede esperar, con el fin de reducir el riesgo de desastres a través del patrimonio cultural y la acción comunitaria participativa, demostrando al mismo tiempo cómo la integración de los primeros auxilios para el patrimonio cultural con la ayuda humanitaria contribuye de forma significativa a aliviar los traumas de las comunidades afectadas por catástrofes y conflictos.
"La cultura es la principal vía para la paz interna de los pueblos, incluso en tiempos de crisis", E. Abras
Las historias de cambio de esta iniciativa son un testimonio de las dificultades afrontadas y de los éxitos conseguidos, al abordar las lagunas en este ámbito. Registran hasta dónde llegaron los participantes dentro de sus comunidades para desarrollar y poner en práctica soluciones adaptadas al contexto, haciendo frente a los retos locales; qué organizaciones apoyaron sus proyectos y qué nuevas redes se crearon. A pesar de la pandemia de COVID-19, que ralentizó considerablemente el trabajo y obligó a los participantes a "pensar fuera de los parámetros habituales", estos proyectos lograron generar un cambio positivo, salvaguardando su patrimonio local.
Frente a las catástrofes, la preocupación por el patrimonio cultural no se puede dejar al margen. Si el patrimonio cultural se integrara en múltiples niveles, podría resultar muy eficaz para el desarrollo sostenible, provocando el cambio necesario en la investigación y la práctica política.
Los beneficios de estos proyectos todavía tienen que revelar su impacto a largo plazo. Sin embargo, la comunidad de práctica que se creó ya ha contribuido a cambiar actitudes y comportamientos, así como a mejorar los conocimientos y habilidades locales, encendiendo una llama en todos los que participaron en esta iniciativa. Esperamos que estas historias inspiren a otros a emprender acciones similares en todo el mundo, contribuyendo de forma significativa a la agenda de desarrollo de capacidades del propio país, avanzando en enfoques innovadores en el campo de la conservación del patrimonio, al tiempo que fomentando la colaboración entre sectores. La historia de cambio de una persona puede llegar FAR, es decir, lejos...
Próximamente, ¡a Story of change en francés!