Esos documentos atestiguan las evaluaciones e intervenciones de conservación realizadas en sitios del patrimonio y en objetos de valor universal, así como la participación del ICCROM en el establecimiento de centros de conservación regionales y nacionales en todo el mundo.
Desde su fundación en 1959, el personal del ICCROM ha llevado a cabo miles de misiones en todo el mundo. Estas actividades internacionales fueron, y siguen siendo, de fundamental importancia para adquirir información de primera mano sobre los desafíos y recursos que existen en los diferentes contextos culturales de nuestros Estados Miembros y, por lo tanto, nos permiten proporcionar una respuesta eficaz a través de la capacitación, el desarrollo de proyectos sobre el terreno, el asesoramiento, etc.
El ICCROM ha sido un actor clave como asesor técnico en proyectos de conservación de importancia internacional e histórica, como la Campaña de la UNESCO en Nubia para la salvaguardia de los sitios y monumentos amenazados por la inundación y desaparición bajo las aguas tras la construcción de la presa de Asuán (decenio de 1960), la conservación de las pinturas murales mayas de Bonampak (1959-1960) y la respuesta a las destructivas inundaciones de Florencia y Venecia (1966). En el cumplimiento de su mandato, el ICCROM, de hecho, ha actuado sobre el terreno tras varios acontecimientos catastróficos que afectaron al patrimonio cultural, como los terremotos de Friuli (1976), Montenegro (1979), Campania (1980) y, más recientemente, Irán (2003), Haití (2010), Filipinas (2013), Nepal (2015) y Myanmar (2016). Junto con su red de expertos, el ICCROM ha prestado asistencia en las operaciones de recuperación después de un desastre y también ha impartido capacitación in situ.
Además, desde 1979 a través de su Programa de Asistencia Técnica y el posterior Servicio de Asistencia Técnica, el ICCROM ha facilitado publicaciones, equipos, materiales de conservación, instrumentos didácticos y otras provisiones a diferentes instituciones de todo el mundo. Esta asistencia, de la que se han podido beneficiar los Estados Miembros, es particularmente crucial para apoyar a los países en desarrollo.